martes, 4 de noviembre de 2014

MICRORRELATOS

                           Mis vacaciones

Este año decidimos ir a pasar unos días a una playa de arena blanca, aguas con un azul cristalino y siempre con la mejor compañía: mis amigos. Íbamos en el coche bastante contentos. Eran nuestras primeras vacaciones independientes. Queríamos relajarnos y pasárnoslo en grande. Algo inolvidable. Llegamos a la ciudad costera entre un viaje de risas. Descargamos el coche fuimos al apartamento, era acogedor. Era la hora de comer y fuimos a un restaurante al lado de la playa. Nos sirvieron una comida estupenda y cuando acabamos fuimos corriendo a tomar el sol y bañarnos. La verdad es que fue un día estupendo.






                                               Sin resultado

Juan se despertó pero no sabía el resultado. Otra vez el mismo sueño, otra vez las mismas imágenes en su cabeza pero nunca veía el final. Estaba tan enamorado que no paraba de pensar y soñar con Marta. Sólo quería verse a su lado con ella y parece que en el sueño sucedía lo que iba a pasar en un futuro pero nunca veía aquel final.





                                       Un día cualquiera

El payaso salió a la pista principal pensando que era un día cualquiera. Pero hoy no eran esos días de los que quería alegrar al público, quería que el público lo alegrase a él. Las cosas no lo iban muy bien..
Supuso que le era imposible así que cogió y continuó como si nada.





                                                  Adormilado

Estaba sentado, como dormido, cuando el reloj dio las 3:00. Me giré, lo apagué, me levanté y fui a vestirme. Ansioso por el gran partido porque venía un ojeador a ficharme y tenía que dar todo lo mejor de mi en el campo de fútbol.



                              Correos inesperados

Encendí el ordenador, ¡Qué sorpresa!, tenía un correo de Marcos diciéndome que volvería muy pronto a Laguna. Había sido trasladado a Barcelona por trabajo tres años. El tiempo se me ha hecho muy pesado sin él, pero pronto volvería a verle, aunque no me dijo que día volvería.




Llantos inesperados

Abrí la puerta creyendo oír un llanto cuando de pronto alguien me cogió por detrás y me tapó la cara. Me empecé a marear debido al gran susto que me llevé y que no veía nada. Cuando derrepente me metieron en una habitación de malas maneras y cerraron la puerta. Me quité la venda que llevaba en los ojos patosamente y me di cuenta de que estaba rodeado. Estaba rodeado de gente extraña. 







                 El hazmerreír 

Parecía que nadie me quería allí. Cuando llegué allí y me abrieron la puerta se quedaron callados. Me empezaron a mirar todos, señalándome y riéndose de mi. Parece que fui el hazmerreír. Me fui corriendo. 




                                              Llovía 
Cuando me di cuenta ya estaba empezando a llover. ¡Menuda tarde iba a pasar!. Mis padres no me dejaban salir de casa, decían que para estar en la calle mojándome y haciendo el tonto preferirían que no me pillase un resfriado. Ya solo me quedaba idear un plan para convencerles de que saliese.



                  El día esperado

Me levanté y abrí el armario. No sabía que ponerme. Era mi primer día de clase en aquél colegio nuevo, quería dar muy buena impresión. Cogí mi jersey, mis vaqueros favoritos, un fular y mi cazadora vaquera. Me habían dicho que en aquél colegio era todo como, muy siniestro. Profesores, alumnos, todo... A saber lo que me sucedería allí.




                               Maldito tren

Llegué a la estación y el tren se alejaba en el horizonte. Ya era demasiado tarde seguramente ya se hubiese montado en el tren. Me dejé caer de rodillas junto a la vía y me llevé las manos a la cabeza. El tren se alejaba cada vez más de la estación y yo lo seguía con la mirada.